Presalias, y represalias.



La relación que se da entre el contenido erótico y el pornográfico debería de ser desestimado de una vez. Ya son muchas las ocasiones en las que tras pasar por "El bigote de Dios" (nuestro blog foto-icónico) he sido incriminado de apología a la pornografía, sin tener el dicho blog nada que ver con ello. El blog, como escaparate del buen gusto, no hace más que servir de ventana hacia la interpretación, la literalización, y tantas otras acciones acabadas en -ción (Partícula que aboga sideralmente a la interelación social), porque nuestra única meta en este mundo de subrelativismo es la de conducir al pensamiento hasta la base de nuestra propia existencia. 
Porque ya está bien de ser diferentes, o mejor dicho, de intentar serlo. No somos más que seres que al ver una teta retratada excitamos nuestra mente imaginativa, seres que al ver a un personaje ridículo hace una mueca de satisfacción, seres que para disfrazar su tiempo visita páginas de incontenible y apolítica moral.

Dicho ésto, también añado que esa tendencia suicida que discurre con vuestros comentarios sobre mi baja acción bloggera debería de ser reconsiderada. Ya que viendo distraídamente vuestra huella cibernética he descubierto que no estáis en condiciones de devolverme represalias. Mejor escribir cuando se tenga algo que decir, que acabar poniendo esa sarta de estupideces que, diariamente, posteáis allá por vuestros bloges.

No hay comentarios:

Publicar un comentario