Porque ya está bien de ser diferentes, o mejor dicho, de intentar serlo. No somos más que seres que al ver una teta retratada excitamos nuestra mente imaginativa, seres que al ver a un personaje ridículo hace una mueca de satisfacción, seres que para disfrazar su tiempo visita páginas de incontenible y apolítica moral.
Dicho ésto, también añado que esa tendencia suicida que discurre con vuestros comentarios sobre mi baja acción bloggera debería de ser reconsiderada. Ya que viendo distraídamente vuestra huella cibernética he descubierto que no estáis en condiciones de devolverme represalias. Mejor escribir cuando se tenga algo que decir, que acabar poniendo esa sarta de estupideces que, diariamente, posteáis allá por vuestros bloges.
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