Correincidencias.



Cuenta una historia que un tipo fue expulsado del paraíso, con una tipa. Que tal tipo se fue a una colina desde la que se presenciaba aquel paraíso divinamente y que, tras varios forniques y diretes, en unos y otros lados, murió allá donde estuvo. Cuenta también que su calavera quedó enterrada y que sobre ella creció un arbolito, a mí me gusta pensar que era un manzano, soy así de cínico. Prosigue dilucidando con la edad de aquel árbol, que pasó siglos y más siglos creciendo hasta que finalmente fue talado y convertido en cruz latina. A retazos, además, va comentando la vida de un hippie con aires de grandeza, algo incomprensible teniendo en cuenta sus raíces, que tras muchas simplezas y complicaciones acabó siendo penado con el castigo de los ladrones, la crucifixión. Y que, para más Inri, entra aquí la tierna coincidencia, porque siendo éste segundo profeta, viene a ser pulcramente ejecutado colgando sus apéndices de la cruz que siglos antes había usado como abono al que fue primer profeta, qué cosas.

Yo, que soy muy tal que así, pues ironizo con el tema, me imagino que el árbol, además de ser un manzano, está en llamas, que en mitad del tronco tiene atragantados los restos del "primero" asemejando una nuez, que en el centro de su follaje habita Dios, que el "segundo" meó tiempo atrás en la dura corteza del mismo, y que además todo es un montaje y al fondo de la sala hay una lucecita roja que marca "On Air". Luego me retracto, y cambio las manzanas del árbol por frutos capitales.

Tendencias: Melomanía eremita.



La Melomanía eremita se desarrolla bajo dos pretextos fijos, la música ambiental, ya sea del tipo que sea, y a la actitud anacoreta del oyente. En el ámbito oriental esta tendencia se basa en la acumulación de basura y los juegos online, siendo considerada Hikikorismo, pero ya que contamos con la lejanía del continente asiático y la presencia del objeto musical, consideraremos esta clase de Hikikorismo como una nueva rama occidentalizada.

Habiendo asimilado las consecuencias que derivan de dichos pretextos: Agorafobia, distendimiento muscular, hiperacúsia con tendencias acúfenas y otras tantas relacionadas con la ergonomía somática y la pérdida de sonoridad vocal, vamos a tratar de identificar las acciones que patentan la tendencia como propia.

Para dar constancia de ellas dispondré a enumerarlas de leves a extremas tal y como sigue:


  1. Abrir una primera cuenta en Spotify con la dirección de correo usual.
  2. Pasar la tarde del viernes en una habitación iluminada escuchando y balbuceando canciones.
  3. Acostarse a las tres de la mañana y dejar la música correr con el contador de tu cuenta Open.
  4. Levantarse a las seis, descubrir que la música sigue oyéndose y abandonar las tareas rutinarias para quedarse en la habitación sin un sentido claro hasta que la cuenta Open llegue a 0.
  5. Abrir una segunda cuenta en Spotify con la dirección de correo alternativa.
  6. Dejar a un lado las citas con amigos y pareja y escuchar música sin balbucear nada. Es aquí donde se comienza a sobrepasar la línea entre escuchar y oír.
  7. Pasar todo el día en una postura estática, dibujando, leyendo o hablando vía Msn mientras una continua banda sonora ameniza la habitación.
  8. Continuar las acciones anteriores también durante la noche, sin caer en la cuenta de que el volumen de la música no es agradable para todos.
  9. Cerrar ventanas, persianas, cortinas, puertas, apagar luces y mantenerse en jaque con el cansancio mientras abres una nueva cuenta de correo.
  10. Usar la nueva cuenta de correo para abrir otra homóloga en Spotify.
  11. Cercionarse de la diponibilidad de música abriendo sendas cuatro cuentas para contar así con 80 horas mensuales de música.
  12. Y cómo no, abandonar todo contacto con el exterior, instituto, relaciones amorosas, amistosas y familiares, para, como colofón, postear sus últimas 96 horas a modo de enfermedad global.
Hasta aquí ha llegado mi actual estudio tendencioso, el cual espero terminar en no más de dos días laborables. Comentaré las novedades que vayan surgiendo sobre la marcha. 

Actualización Nº1: He olvidado la imagen, tranquilos, todo arreglado. (No sé a quién tranquilizo, sólo leemos este blog tres personas y no solemos inmutarnos por una imagen).

Apocalipsis "nau"

Dale y escucha la cruda realidad.


Alegría en las calles, optimismo en las televisiones, brío en los mercados, euforia en el colectivo de surferos, éxtasis entre el público femenino y paz en casa. Unos se alegran de vivir donde viven, a otros la muerte masiva les rellena parrilla, los economistas se ceban con los beneficios que tomarán a largo plazo, otros más ven una magnífica oportunidad de convertir el pacífico en la nueva Tarifa y muchas advierten las repetitivas vibraciones como el "meneo" que aún no habían recibido. Aquí en casa nada cambia, nadie se inmuta, comprensiblemente.

A pesar mío, poco, pero pesar, creo que alguien olvidó que las naciones islámicas se encaminaban a la anarquía parlamentaria, que en no sé qué país o aldea de América baja, la pobre, murieron no sé cuántos, que aquí en la gran patria que sobrevivimos, al menos yo, se hunde en la miseria a ¡ciento diez kilómetros por hora!, que las bolsas no remontan, que la mujer sigue estando infravalorada, que las pensiones sufragan pasiones, que los bosques no tienen árboles autóctonos, que cada día en el cuarto mundo mueren millones de seres inferiores, que...que...que...Nada. Y digo pesar, porque desde siempre me ha sonado a malestar gástrico, y porque a mí todo esto me sabe hipócrita. 
Dando por hecho que, o los medios mienten con sus cifras, o al fin y al cabo el valor de las vidas es tan ínfimo como el que yo les doy, me voy a ir despidiendo con la única verdad que he obtenido esta semana, el testimonio de mi abuela, en sueños y posmortem, que, a la pregunta de: Abuela, ¿Dios existe?, ella contestó: Na, ni grajo.  

Presalias, y represalias.



La relación que se da entre el contenido erótico y el pornográfico debería de ser desestimado de una vez. Ya son muchas las ocasiones en las que tras pasar por "El bigote de Dios" (nuestro blog foto-icónico) he sido incriminado de apología a la pornografía, sin tener el dicho blog nada que ver con ello. El blog, como escaparate del buen gusto, no hace más que servir de ventana hacia la interpretación, la literalización, y tantas otras acciones acabadas en -ción (Partícula que aboga sideralmente a la interelación social), porque nuestra única meta en este mundo de subrelativismo es la de conducir al pensamiento hasta la base de nuestra propia existencia. 
Porque ya está bien de ser diferentes, o mejor dicho, de intentar serlo. No somos más que seres que al ver una teta retratada excitamos nuestra mente imaginativa, seres que al ver a un personaje ridículo hace una mueca de satisfacción, seres que para disfrazar su tiempo visita páginas de incontenible y apolítica moral.

Dicho ésto, también añado que esa tendencia suicida que discurre con vuestros comentarios sobre mi baja acción bloggera debería de ser reconsiderada. Ya que viendo distraídamente vuestra huella cibernética he descubierto que no estáis en condiciones de devolverme represalias. Mejor escribir cuando se tenga algo que decir, que acabar poniendo esa sarta de estupideces que, diariamente, posteáis allá por vuestros bloges.